EL BRAVO PILOTO JOSE AGRAMUNT Y FIGUEROA Y EL MOTIN DEL LIBERTO

 


José Agramunt y Figueroa, nació en Corcubión el 24 de enero de 1833, cuando acaeció el motín a bordo del bergantín Liberto, tenía 44 años de edad. Pertenecía a una familia de origen valenciano asentada en la villa. Uno de sus antepasados había sido uno de los famosos corsarios con base en su puerto y que se dedicaban a hostigar desde el mismo a los buques enemigos de la Corona Española.

El primer Agramunt asentado en la zona fue Joaquín Agramunt y Figueroa, casado con Teresa Fornell, con residencia en Finisterre, oriundos ambos de Vinaroz, su hijo Joaquín Agramunt Fornell, se casó con Mariana Oliver Plasis, hija de los vecinos de Corcubión oriundos de Calella, Quirce Oliver y Josefa Plasis, de esta unión nacerían tres hijos José Agramunt Oliver, María Joaquina Agramunt Oliver y Quirico Agramunt Oliver, este último tendría cuatro hijos Manuel Agramunt Figueroa (Capitán del Bergantín San Manuel y fallecido en Liverpool en el año 1874), José Agramunt Figueroa y Laureana Agramunt Figueroa

Como sus antepasados e igualmente que su hermano Manuel, José continuó la saga marinera de su familia, y pronto orientó sus estudios hacía el mundo del mar, comenzando su preparación para obtener el título de piloto y tras su obtención, inició su carrera como marino y luego armador. En el año 1856 era ya Tercer Piloto, ejerciendo en dicho año como capitán del quechemarín “Terrestre”. En el año 1863 lo encontramos como capitán del diate “Ceferino”, de la propiedad de D. Juan de Lema, (armador y capitán del puerto de Corcubión).


Vista de Corcubión

Tras una época mandando barcos de otros armadores decidió dar el salto y convertirse también en armador.

Su primera embarcación sería la polacra-goleta “No Me Olvides” adquirida en el año 1867, a bordo de la cual naufragó en el puerto de Torrevieja el 9 de noviembre de 1868, posteriormente adquiriría la goleta “Flor de la Mar” en el año 1868 y finalmente el bergantín goleta “Liberto” en el año 1874.

Como venía siendo habitual en el año 1876 había salido de Corcubión al objeto de realizar diversos viajes comerciales por la península.

El "Liberto", saliendo de la ría de Corcubión


Navegaba al mando del bergantín Liberto la noche del 26 de diciembre de 1876, realizando viaje de Torrevieja y con destino a un puerto del Cantábrico con un cargamento de sal, cuando se encontraban navegando entre el Cabo de Gata y Roquetas, la tripulación bajo su mando se amotinó contra él.

La tripulación la componían el propio Agramunt, contramaestre Diego Rodríguez Sambade y marineros Domingo Luzarraga Araquistaín, Teodoro Pidal Olivera, Manuel Otero Vigo, y Florencio Mieites. Tenemos conocimiento de que por lo menos Manuel Otero Vigo era vecino del mal logrado capitán.

Los amotinados estaban comandados por el marinero Domingo Luzarraga Araquistaín el cual tramó la sublevación para dar muerte al capitán y hacerse con el barco. El pretexto que aducía para tan malévolo plan, era de que éste les escatimaba la “galleta”. Para llevarlo a cabo, fue puesto en conocimiento del resto de la tripulación, la cual no puso objeción alguna.

El contramaestre Diego Rodríguez Sambade en el momento que se iniciaron los hechos, se encontraba a cargo del timón del velero, encargándose del gobierno de la embarcación, mientras el capitán se encontraba descansando en su cámara.

Aprovechando que Agramunt se encontraba descansando, Domingo Luzarraga puso en práctica su plan, , entró en la cámara y aprovechando que este dormía, se hizo con un revolver que había dejado encima de la mesa.

Tras volver a cubierta, se reunió con sus cómplices y volvió a entrar en la cámara, esta vez ya acompañado por los marineros Pidal y Otero, quedando el marinero Mieites en la entrada de la cámara armado con un hacha, por si el capitán conseguía librarse de sus agresores. Tras cruzar la puerta de la cámara, Luzarraga descerrajó de inmediato dos tiros que hirieron en la cabeza al capitán Agramunt, que se hallaba recostado en su cama, pese a la gravedad de las heridas consiguió levantarse y se dirigió hacia su mesa con el objeto de coger el revólver, ante la falta de éste no se amedrentó y salió en persecución de ellos, tras conseguir alcanzar la cubierta y tras rebasar la puerta de la cámara, fue alcanzado en su espalda por un golpe de hacha que le propino Mieites, que afortunadamente no le produjo herida alguna, solamente consiguió derribarlo, gracias a esta caída se libró de un nuevo disparo que alcanzo de lleno a Mieites, produciéndole una herida de gravedad. Tras conseguir ponerse en pie, con su rostro ensangrentado, consiguió hacerse con un remo y arremetió contra los amotinados, en la refriega volvió a ser herido en el labio por un nuevo disparo, pese a lo cual consiguió acorralar a sus agresores, obligando a refugiarse en el rancho de proa a Pidal, Otero y Mieites. A fuerza de arrojo y valor consiguió reducir a su obediencia al cabecilla Luzarraga, así como a Rodríguez, que tras haber abandonado el gobierno de la embarcación, se había refugiado en la cofa en el transcurso de la refriega seguramente atemorizado ante el cariz que habían tomado los acontecimientos.

Con ayuda de Luzarraga clavó la puerta de acceso al rancho de proa para evitar que subiesen nuevamente a cubierta para finalizar su plan y auxiliado por ambos, con el contramaestre nuevamente al timón ordenó dirigir el Liberto al puerto de Almería, donde entró en la mañana del día 27, tras su llegada a puerto al abrir el rancho de proa se encontraron en primer lugar con el cadáver de Mieites, (el cual había fallecido como consecuencia del disparo con el que pretendían rematar a Agramunt) y sus dos compañeros, los cuales no se esperaban las trágicas consecuencias que les depararía su fallida acción.

Tras hacer acto de presencia las autoridades del puerto, los amotinados fueron puestos a disposición de las mismas, las cuales ordenaron su ingreso provisional en el penal de Almería. El Capitán Agramunt fue trasladado al hospital Santa María Magdalena de Almería, en el cual falleció el día 5 de enero de 1877, como consecuencia de las graves heridas provocadas por los disparos.

Tras pasar unos días en la prisión del puerto de Almería fueron trasladados a Cádiz, desde allí fueron conducidos a San Fernando donde ingresaron en el penal de la Carraca.

Para depurar las responsabilidades de la tripulación, comenzó a instruirse la causa por motín, durante la tramitación de la misma, falleció de muerte natural en prisión el contramaestre Diego Rodríguez Sambade.

En el Consejo de Guerra que tuvo lugar en San Fernando el 28 de enero de 1878, fueron condenados a la pena de cadena perpetua, Rodríguez, Luzarraga y Pidal, siendo Otero condenado a la pena de 14 años de prisión temporal. Sin embargo esta sentencia fue recurrida por las autoridades con el fin de aplicar un ejemplar castigo a los autores, para evitar en el futuro este tipo de situaciones.

Finalmente en Consejo Supremo de Guerra y Marina, fueron condenados a la pena de muerte por la sublevación que verificaron a bordo, asesinando al Capitán y demás hechos de autos, condenándolos a indemnizar por iguales partes al abono de 5.000 pesetas a la madre del Capitán Dª. Josefa Figueroa Carantoña.

Para el cumplimiento de la sentencia fueron trasladados nuevamente al puerto de Almería, cumplimentándose en dicha ciudad con fecha 25 de octubre de 1878.

Por Real orden, fue remitida la sentencia a las Capitanías Generales de los Departamentos Marítimos con el fin de que se publicase en los Boletines Oficiales y se fijase en todas las Capitanías de los puertos y por último que se leyese en todos los buques de guerra el primer día festivo después de la misa y en la lectura de las leyes penales.

Con el objeto de perpetuar el nombre del bravo Capitán D. José Agramunt Figueroa, el Ministro de Marina insto a los navieros a poner su nombre en uno de sus buques, siendo aceptada dicha proposición por el miembro de la Asociación de Navieros y Consignatarios de Barcelona D. Esteban Amengual, el cual se ofreció a cambiar el nombre de uno de sus buques por el de dicho Capitán.

El bergantín goleta “Liberto” había sido construido en el año 1855, en el astillero de Vega de Navia (Asturias) por el Maestro Carpintero de Rivera D. Alejandro Fernández Presno para D. Domingo Crosa y D. Francisco García Álvarez, e inscrito en la matricula de Gijón en el mes de noviembre de dicho año con él nombre de “Belen”. El importe de su construcción ascendió a la suma 2.500 pesos fuertes.

Eran sus dimensiones en pies de Burgos: Eslora 74 pies, De quilla 68 pies, Manga 21 ½ pies, Puntal 11 Pies, de 85 toneladas de registro.

Perteneció a D. Domingo Crosa y D. Francisco García Alvarez, y posteriormente a D. Eduardo Crosa que cedió la gestión del mismo nuevamente al primero.

En el mes de Julio de 1874 pasó a la propiedad de D. José Agramunt y Figueroa Piloto de la matrícula de Corcubión y vecino del mismo puerto en la suma de 9.375 pesetas (37.500 reales de vellón). Con fecha 30 de julio del mismo mes previa solicitud de su nuevo propietario se le autoriza el cambio de nombre de “Belén” a “Liberto”, cuyo nombre luciría hasta el mes de noviembre de 1877, en que fue desguazado en el puerto de Almería, al cual había llegado un año antes, tras los fatídicos hechos a los que hemos hecho referencia con anterioridad. 

Aquiles Garea Moledo, Santiago Llovo Taboada


Bibliografía:

La Gaceta de Madrid 27 de octubre de 1878 y 12 de diciembre de 1878.

El crimen de Almería. Francisco Muñoz Lorenzo.

Historia de la Marina Mercante Asturiana. Apogeo y ocaso de la vela 1840-1880. José Ramón García López.







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