LANCHA “PRUSIANA”, UN BUEN LANCE QUE TERMINO EN TRAGEDIA

 



La noche del 3 al 4 de octubre de 1900, el cabo de Carabineros Inocencio Diéguez Villa se encontraba de vigilancia en la costa de Finisterre, en dicha tarea le acompañaba el carabinero Manuel Campos Ramos, la noche era oscura y el tiempo no acompañaba en su servicio. En una de sus rondas escucharon unos gritos que procedían del mar a los que no le prestaron atención, ya que era normal escuchar las voces de los pescadores que se encontraban faenando en la costa. Sin embargo al amanecer del día 4 cuando se encontraban en las inmediaciones de la playa de Patres, oyeron de nuevo voces que provenían del mar, dirigiendo su vista hacia él, divisando a lo lejos una embarcación entre aguas de la cual provenían las voces. Acto seguido se encaminaron a la playa en la que se encontraban varios marineros preparándose para iniciar sus faenas, y entre todos pusieron varias embarcaciones al agua, y se dirigieron hacia el lugar en que se encontraba la lancha de la que salían los gritos de auxilio, a su llegada se encontraron con ésta anegada y con su único palo abatido sobre la cubierta, a un tolete de la misma se hallaba sujeto uno de sus tripulantes el cual resulto ser su patrón Pedro Alvela González, que tras luchar toda la noche contra los elementos se encontraba en un estado calamitoso, exhausto y con sus ropas empapadas por el tiempo que había permanecido en el mar, tras subirlo a bordo de una de las embarcaciones, le facilitaron ropas de las que se desprendieron sus tripulantes, tras manifestarles el superviviente que sus compañeros habían desaparecido a lo largo de la noche y después de un reconocimiento de la zona sin encontrarlos hicieron firme a la embarcación entre las que habían acudido en su auxilio y se dirigieron a la playa de Patres en donde la vararon, haciéndose cargo de ella y de los aparejos de pesca y utensilios que aún quedaban a bordo, el Cabo de Carabineros hasta la llegada del cabo de Mar del puerto Finisterre. El tripulante superviviente fue llevado a la fábrica de salazón de Ramón Canosa sita en dicha playa en donde le fueron proporcionados toda clase de auxilios, ese mismo día por las autoridades de Marina le fue tomada declaración sobre los hechos, manifestando este:

Que se llamaba Pedro Alvela González, de 25 años de edad natural de Santa Columba de Carnota y vecino de Nautigos, patrón de la lancha “Prusiana” folio treinta y tres en el cuaderno de embarcaciones de Santiago de Tal, de la matricula de Muros, de 2,9 toneladas de desplazamiento y siete metros con treinta y un centímetros de eslora, su armador era Alejandro Portales de Muros.

Comenzó el relato de los hechos manifestando que con el tripulaban la lancha José Caamaño Rama casado y de 33 años de edad natural de Pedrafigueira y vecino de Nautigos, su hermano Lorenzo Caamaño Rama casado de 25, Manuel Rama soltero de 20 años, y por último Celestino Leyes de Incógnito soltero de 14 años, todos de la misma naturaleza y vecindad.

Habían salido en la mañana del día 3 de sus casas en dirección a la playa de Lariño en cuya playa se encontraba varada la lancha “Prusiana”, llegando a ella sobre las dos de la tarde, tras ponerla a flote y embarcar el aparejo emprendieron la navegación sobre las tres de la tarde navegando a vela con viento del oeste y mar de fondo gruesa del mismo sentido, su destino era la costa de Lira, concretamente un punto situado al oeste de los bajos Miñarzos a donde llegaron a la puesta del sol, arriaron la vela y calaron las redes, sobre las ocho de la tarde procedieron a levantarlas, estibando a bordo la abundante pesca obtenida en el lance, una vez finalizada la operación dieron de nuevo la vela navegando de vuelta en vuelta con la intención de dirigirse al puerto de Muros, sin embargo sobre las 00:30 del día 4 refresco el viento descargando un fuerte chubasco que apenas permitía distinguir la linterna del Cabo Finisterre, en vista del empeoramiento del tiempo y la imposibilidad de alcanzar el puerto de destino decidió arriar la vela, navegando a palo seco con la intención de entrar en el puerto del Pindo, cosa que fue imposible por el estado de la mar, oscuridad de la noche y los muchos bajos que se encuentran por fuera del puerto, en vista de ello puso rumbo a Finisterre, cosa que realizó sin más novedad que la de tener que achicar constantemente el agua que le entraba por la popa, debido a lo cargado de sardina que iba (aproximadamente de 15 a 16 millares de 44 o 45 kilos cada uno). Sobre las dos de la madrugada y hallándose en las inmediaciones de la rada de Finisterre metió orza para entrar en ella, en ese momento un golpe de mar por la amura de babor hizo derivar la lancha en popa y casi sin dar tiempo a reaccionar le entró otro por la popa que dejo la embarcación anegada y sin gobierno, al hallarse la vela aferrada y trincada al palo, hizo que esta zozobrase dando la vuelta, cayendo él y sus compañeros al agua, consiguiendo agarrarse al casco permaneciendo en dicho trance alrededor de una media hora, al cabo de la cual un nuevo golpe desprendió de él sus cuatro compañeros, desapareciendo de su vista tres de ellos, quedando solo a la vista Celestino Leyes Incógnito al que pudo agarrar y subir con él a la quilla, manteniéndose sobre ella hasta que un nuevo golpe de mar lo arrebato y ya no volvió a verlo. En dicha situación permaneció hasta que otro golpe de mar volteo de nuevo la embarcación recuperando su estado de navegación, manteniéndose a duras penas sobre ella ya casi sin esperanza de salvar su vida ya que nadie oía sus gritos de auxilio en la oscuridad de la noche. Al amanecer sus gritos al fin fueron escuchados desde tierra y procedieron a su rescate.



Las lanchas que le prestaron auxilio estaban tripuladas por los patrones Manuel Marcote Fernández y Manuel Traba Osorio y tripuladas por Manuel García Santos, José García Santos y José Traba Osorio entre otros.

De la tripulación de la “Prusiana” sólo estaban inscritos en las listas de Marina su patrón Pedro Alvela González y Celestino Leyes de Incógnito, manifestando el patrón que los tres desaparecidos habían sido contratados el mismo día y que su intención era inscribirlos a su llegada a Muros.

Un duro día de pesca que comenzó con una buena lance en la costa de Lira y finalizó en tragedia en la costa de Finisterre.

Corcubión, 19 de diciembre de 2022.

Fuente: Archivo Naval de Ferrol. Expediente de naufragio de la lancha “Prusiana”

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