“Monterey”, una arribada con una peligrosa escora
En invierno los temporales azotan las costas de Galicia, castigando con dureza las embarcaciones que navegan en sus aguas. A lo largo de la historia, numerosas embarcaciones se han perdido en ellas por naufragio tras enfrentarse a virulentos temporales, o han sufrido graves averías que los han obligado a buscar refugio en sus puertos.
En el mes de diciembre de 1960 navegaba frente a las costas de Finisterre el mercante noruego “Monterey”, el cual llevaba en sus bodegas un cargamento de blenda cuyo destino final era el puerto de Rotterdam.
El día 31 de diciembre, tras sufrir los embates de un fuerte temporal que azotaba la zona, sufrió un corrimiento de la carga que le provocó una escora a babor que llegó a alcanzar casi los 45 grados. El capitán en vista de la situación y tras solicitar auxilio de las embarcaciones que navegaban por la zona, ordenó a la tripulación alistar los medios de salvamento por si era necesario abandonar el buque. En respuesta a las llamadas de auxilio, acudió el buque francés “Saen” sobre las cuatro y media de la tarde, al cual tras haber contactado con el capitán del “Monterey” fueron transbordados 15 miembros de la tripulación, comunicando que éstos serían desembarcados en Vigo o en Oporto, continuando a continuación su viaje. A bordo del buque accidentado quedaban el capitán y 12 tripulantes con la intención de intentar su salvamento y conducirlo a puerto seguro. Al anochecer llegó a las inmediaciones el mercante español “Sierra Umbría”, al cual fueron transbordados 3 tripulantes más, a bordo permanecía el capitán con los 9 tripulantes restantes, el cual ordenó poner rumbo a la ensenada de Finisterre manteniéndose el “Sierra Umbría” en sus inmediaciones por si era necesaria su intervención. Sobre las doce de la noche consiguieron alcanzar dicha ensenada, donde quedó fondeado, continuando el mercante español su navegación. Una vez en el fondeadero y puesto en contacto el capitán con el armador por medio del consignatario en la zona Antonio López Abente, fueron contratados los servicios del remolcador “Atlantic” con base en la Coruña, el cual puso rumbo a la ensenada de Finisterre para su remolque, sin embargo, tras su salida de dicho puerto fue reclamado su auxilio para acudir al rescate de un vapor indio que se encontraba en peligro en el Canal de la Mancha. Tras este nuevo contratiempo el “Monterey” quedaba a la espera de lo que ordenase el armador y las autoridades de Marina.
Para evitar la posible pérdida del barco en su fondeo el Ayudante de Marina de Corcubión dio órdenes para que el mercante “Sicar” que se encontraba en el puerto acudiese al lugar donde se encontraba fondeado y lo remolcara al interior de la ría de Corcubión, cosa que así efectuó, dejándolo en un resguardo seguro en las inmediaciones del puerto de Corcubión.
Tras ello fue auxiliado por las autoridades del puerto y se dispuso se procediese a la reestiba de la carga con el fin de poder reemprender la navegación, para la reparación de las averías sufridas fueron contratados los servicios de los astilleros “Sicar” de Cee.
Corcubión 3 de noviembre de 2025
Fuentes:
Galiciana.
Biblioteca virtual de prensa histórica.
Jaume Pons.
Fotografías cedidas por José Antonio Yermo.
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